viernes, 11 de abril de 2014

EL COLOR AMARILLO




Caminamos por la sala, cerramos los ojos, imaginamos que nuestro brazo y mano son una gran brocha pintada de amarillo, y nos pintamos de amarillo con la mano por fuera… luego por dentro… con los ojos cerrados.

Abrimos los ojos y vamos pintando todas las cosas que nos vamos encontrando, todo, la pared, el suelo…

Así llenos de amarillo por dentro y por fuera ahora nos dirigimos a los compañeros y les terminamos de pintar los rinconcitos que les falta.

Cerramos ahora los ojos y sabiéndonos amarillos nos movemos suavemente al compás del amarillo (La Primavera de Vivaldi, p.ej.) “Permito que el brillo del sol de la mañana y del mediodía me llene por dentro y por fuera. Bailo y me muevo al son del amarillo.”

Ahora pasamos uno a uno y en silencio por una mesa larga donde sobre cartulinas amarillas hemos colocado: bebida de limón / queso y plátano / perfumes (limón, vainilla, madreselva…) / pintura / vela. Todo amarillo. Vamos a experimentar el olor, el sabor, el sonido, el tacto, y la visión del amarillo. En las tres primeras escribimos una palabra, lo que nos venga; en la cuarta dejo mi huella amarilla; en la quinta escribo una frase. Al terminar se van colocando sentados en el centro de la sala en círculo.

Ahora el monitor va diciendo las frases o lemas del amarillo escritos en la quinta cartulina, y mientras tanto, cada uno va saliendo al centro del círculo formando entre todos la escultura del amarillo. Al finalizar, podemos inmortalizarla en una foto.




Aportación de Pepa Marianas,
profesional de Educación y Salud

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